El viernes nuestro profesor Eduardo nos encomendó la tarea de escribir una entrada a la semana en el blog hablando de un aspecto de sus clases que nos haya llamado la atención. Pues bien, aquí está mi entrada de esta semana.
Realmente hay varios aspectos de sus clases que a mi parecer son destacables, pero si escribiera sobre todos ellos ahora me quedaría sin una entrada para el resto de semanas, así que comenzaré por la más básica: el método didáctico.
Hasta ahora, mi manera de aprender ha sido siempre la misma: sentarme en una silla, copiar toda la información, chaparla y escupirla en los exámenes. Seguramente pensaréis "Sara, estás estudiando TAFAD, es obvio que vas a tener que moverte y no solamente estudiar apuntes", y tenéis toda la razón del mundo, pero no es eso a lo que me refiero. Lo que me ha sorprendido es que el profesor no nos haya explicado las cosas antes de realizarlas. Os voy a poner un ejemplo:
Esta semana llevamos a cabo una clase en la que tuvimos que hacer paso de vallas. Eduardo nos dijo que las pasáramos como pudiéramos y, partiendo de eso, hizo que nos observáramos los unos a los otros y comentáramos lo que veíamos que hacían los demás. Después de nuestras observaciones él nos fue ayudando y dándonos pequeños consejos para que pasáramos mejor las vallas.
Lo que quiero destacar con esto es el hecho de que el profesor nos haga participar a todos en las clases y que nos enseñe de una manera muy activa. Pienso que este método de enseñanza es muy bueno porque las cosas se aprenden mejor haciéndolas que simplemente leyéndolas en un papel (lo cual es muy importante, pero no sirve de nada si luego no puedes llevar a cabo lo que lees).
Y hasta aquí mi entrada de esta semana. ¡Nos vemos en la siguiente!
Realmente hay varios aspectos de sus clases que a mi parecer son destacables, pero si escribiera sobre todos ellos ahora me quedaría sin una entrada para el resto de semanas, así que comenzaré por la más básica: el método didáctico.
Hasta ahora, mi manera de aprender ha sido siempre la misma: sentarme en una silla, copiar toda la información, chaparla y escupirla en los exámenes. Seguramente pensaréis "Sara, estás estudiando TAFAD, es obvio que vas a tener que moverte y no solamente estudiar apuntes", y tenéis toda la razón del mundo, pero no es eso a lo que me refiero. Lo que me ha sorprendido es que el profesor no nos haya explicado las cosas antes de realizarlas. Os voy a poner un ejemplo:
Esta semana llevamos a cabo una clase en la que tuvimos que hacer paso de vallas. Eduardo nos dijo que las pasáramos como pudiéramos y, partiendo de eso, hizo que nos observáramos los unos a los otros y comentáramos lo que veíamos que hacían los demás. Después de nuestras observaciones él nos fue ayudando y dándonos pequeños consejos para que pasáramos mejor las vallas.
Lo que quiero destacar con esto es el hecho de que el profesor nos haga participar a todos en las clases y que nos enseñe de una manera muy activa. Pienso que este método de enseñanza es muy bueno porque las cosas se aprenden mejor haciéndolas que simplemente leyéndolas en un papel (lo cual es muy importante, pero no sirve de nada si luego no puedes llevar a cabo lo que lees).
Y hasta aquí mi entrada de esta semana. ¡Nos vemos en la siguiente!
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