viernes, 26 de enero de 2018

Evaluación recíproca de natación

Esta semana, en natación, hemos hecho una evaluación entre nosotros. Primero, nos evaluamos del estilo crol siguiendo una hoja con diferentes pautas; después, nos evaluamos del estilo espalda con el mismo método.

Nos dividimos en grupos de tres, habiendo así dos observadores y un nadador. Los observadores deberían de estar juntos y comentar lo que veían que hacía el nadador, fijándose en cada largo en una cosa diferente. Los diferentes puntos a evaluar estarían relacionados con la técnica de los brazos, de las piernas, la posición del cuerpo, la coordinación... y cada uno de dichos puntos llevaría una nota del 1 al 4.

Este método de evaluarnos con una puntuación del 1 al 4 es muy interesante, ya que al no tener una puntuación intermedia como se daría en el caso de puntuar del 1 al 5, tenemos que ser más estrictos a la hora de poner las notas, además de fijarnos más en los pequeños detalles que marcan la diferencia.

La evaluación recíproca es una buena manera de observar diferentes formas de nadar. Ver lo que hacen los compañeros te ayuda a darte cuenta más fácilmente de los errores que cometes a la hora de nadar y de lo que podrías mejorar, así como también te permite ver las particularidades de cada persona en los diferentes estilos.

Creo que el problema más notable se da en la coordinación de los brazos y las piernas, por lo menos en mi caso. En espalda es donde más se me nota este problema, ya que voy tan centrada en realizar bien la técnica, que acabo haciendo la acción de los brazos demasiado lenta, llevando así una mala coordinación.

Los problemas generales que he notado en los compañeros con los que he hecho esta evaluación son los siguientes:

En el estilo crol, los brazos en la tracción no realizaban todos los movimientos (entrada, agarre, tirón y empuje), sino que hacían el empuje directamente después del tirón. Otro problema era la coordinación de la respiración, ya que algunos de mis compañeros/as solo eran capaces de realizarla cada tres brazadas.

En el estilo espalda, el mayor problema se daba en la coordinación brazos-piernas. Además, en la tracción tampoco se veía la ejecución de todas las fases, sino que una vez el brazo entraba en el agua, hacía un movimiento semicircular en dirección a la superficie de esta. La coordinación de la respiración en este estilo también era incorrecta en algunos casos, ya que algunos/as de mis compañeros/as lo que hacían era respirar una vez y aguantar la respiración hasta que no pudieran más.

Además de estos dos estilos, el otro día pudimos evaluarnos de braza también. En este estilo la coordinación de brazos y piernas es lo más problemático, ya que todos realizamos el recobro de piernas y brazos prácticamente a la vez cuando, en realidad, deberíamos de iniciar el recobro de las piernas cuando el de los brazos está prácticamente terminado. Así mismo, la tracción de los brazos debe de comenzar cuando la de las piernas está casi acabada.

Una vez terminamos de evaluar a todos, nos reuníamos para comentar los fallos de cada uno/a. Que otras personas te observen está bien para darte cuenta de los errores que cometes y qué aspectos puedes mejorar aún más. 



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